martes, 24 de noviembre de 2009

LA BACHELET Y LOS COQUETEOS DEL PAVO REAL

Hace un par de semanas anunciábamos que en diciembre de este año, ante el previsible escenario de segunda vuelta, aparecerían los pavos reales, mostrando todos sus encantos para seducir a los votantes que hubiesen “perdido” sus votos al pasar a la nueva instancia, dos candidatos que no fueran de sus preferencias. Nos equivocamos, los pavos reales adelantaron su temporada de apareamiento para intentar enamorar a los votantes en la primera vuelta presidencial.

A esto se han unido, en aparente homenaje, los continuos guiños a los seguidores de Michelle Bachelet, aquellos que le dan el 78% de aprobación, para posicionarse como los legítimos seguidores de las políticas e intenciones de la actual mandataria, particularmente de parte de Frei, Enríquez y, últimamente, Piñera.

Vamos por parte. El orden corresponde a aquél que ocuparán en la cédula de votación.

1.- JORGE ARRATE

Esta campaña tiene un camino propio: el de la izquierda allendista, socialista, sin tapujo alguno. Presenta a Arrate en ambientes cotidianos: su biblioteca con libros un poco desordenados como reflejo de lectura y/o consulta reciente que destaca el posicionamiento de hombre culto y estudioso. En la primera entrega apela al sentido común, luego a la solidaridad, al respeto al trabajo, a la defensa histórica de la izquierda de los pobres, los profesionales, los pequeños empresarios. En el último video revisado apela a los pequeños agricultores, desde su jardín.

Entre los testimonios de apoyo se encuentran los sectores duros como los familiares de detenidos desaparecidos, una ex adherente de la Concertación (Teresa Reyes), una ex nulo (Adela Secall), una NN motivada a inscribirse por los llamados de Enríquez, todo esto adornado por las adhesiones a su campaña de figuras del arte y el espectáculo como el Rumpy, Antonia Zegers, Blanca Lewin, Illapu, Amaro Labra y Alfredo Castro, todos de militancia en el ideario izquierdista y ampliamente reconocidos por los sectores jóvenes.

En resumen, Arrate se presenta como una persona común, estudiosa, seria, mesurada, y busca sintonía con los sectores más jóvenes, eventualmente más proclives a anular o votar en blanco, y con parte de la Concertación, aquella más reticente a seguir con el modelo de este conglomerado.

2.- MARCO ENRÍQUEZ-OMINAMI

Resulta curioso que el slogan “Sigue el cambio”, utilizado por la campaña de ME-O, sea un reconocimiento explícito de que el cambio ya comenzó, que lo inició la Concertación, y que, por tanto, su candidatura se presenta como una continuidad “mejorada” de los logros ya conseguidos por administraciones anteriores.

De hecho sus planteamientos parten por reconocer los avances en obras e infraestructura, y poner el énfasis en mejorar la democracia, en la cual ME-O observa carencias. Plantea asimismo, la necesidad de un concurso transversal, para buscar el éxito de su candidatura. Y por lo tanto, “tira de chincol a jote”.

Apelaciones a la gente de trabajo, a quienes agradece su labor, a las familias con problemas de separación o de alejamiento, de la que la propia Karen Doggenweiler declara ser un ejemplo, el llamado a proteger los derechos de la población discapacitada, apelaciones visuales al mundo homosexual, las críticas al sistema de salud, la inexistencia de democracia sexual, económica, ecológica ambiental, cultural y educacional, el discurso para sordos, y finalmente la propuesta de terminar con la discriminación, son muestras del amplio abanico que pretende conquistar Marco Enríquez.

En relación al esfuerzo por destacar lo transversal de la campaña, resulta evidente al catalogar de discriminados a “ricos y pobres, de derecha o de izquierda”. Es un claro llamado a quienquiera desee unirse a su candidatura.

Entretenidas, de eficiencia discutible son las “pruebas a que se somete el candidato para demostrar sus características: es de verdad, es sensible, Marco aprende, es flexible, atrae, escucha. Lo mismo sucede con la aprobación a su proyecto de Ricardo Lagos y Fernando González, tocayos de los famosos. Demasiado light para un candidato presidencial. Quizás un diputado pudiera darse ese lujo.


3.- SEBASTIÁN PIÑERA


En los cinco primeros capítulos de esta franja no se observa claridad en el tratamiento televisivo. Por una parte se muestra en varias ediciones, una larga secuencia del desarrollo de reuniones del grupo Tantauco. Puede que se pretenda demostrar la capacidad de trabajo en equipo de Sebastián Piñera, pero el entorno de la reunión - una preciosa oficina -, la tipología de personas y su aparente pertenencia a un determinado grupo social, no contribuye mucho a acercar la campaña de este candidato a las grandes masas, las dueñas de los votos que establecerán las diferencias.

Por otro lado, las reuniones del candidato con las integrantes de Mujer emprende - en que se destacan las principales dificultades que enfrenta este género -, con trabajadores y su conversación respecto a su propuesta de creación de un millón de nuevos y buenos empleos, con los campesinos y la última en un hogar típico de clase media, le dan el espacio y entorno adecuado para manifestar cuáles serán sus medidas de gobierno. Debe destacarse que en cada una de éstas, el propio candidato o Cecilia Morel, hacen un reconocimiento al avance logrado por la actual presidenta.

Sin duda lo más logrado, desde el punto de vista televisivo y su alta capacidad de manejar emociones, es el discurso final en que, con la garganta apretada le pide a Dios la templanza, el coraje que necesita para conducir el país. Siendo lo mejor conseguido, tiende a pecar de reiterativo, en tanto exhibe la misma pieza comunicacional durante los tres primeros días. Peligroso.

Su concepto de gobierno de unidad nacional, sin exclusiones, se encuentra reflejado en las marchas y concentraciones, como asimismo en la pieza de los cantantes de regiones, en que incluye tomas de mapuche y de pascuenses. Incluso en alguna de las franjas, reconoce en Neruda, a un héroe de la cultura chilena. Más tarde haría un reconocimiento similar al incluir a Bachelet en su campaña.

Quizás debiera repensar si es preciso insistir en mostrar imágenes tan lejanas como los grupos de profesionales del grupo Tantauco.


4.- EDUARDO FREI


Esta es gente que sabe de televisión. En una campaña obvia, con contenidos ya vistos, sorprende la factura técnica de sus piezas comunicacionales. En una estética que recuerda la histórica campaña del NO, aborda la importancia y los problemas de la clase media, reconoce (más bien, se ampara) los logros y avances de la administración Bachelet y promete corregir errores, terminar con la discriminación a la mujer y disminuir el machismo, mejorar la educación, castigar la violencia intrafamiliar. Todo previsible.

Las apelaciones emocionales cruzan el contenido de las cinco franjas revisadas: los problemas y superación de la escolar embarazada, los recuerdos del padre del candidato, Eduardo Frei Montalva, y su presunta muerte a manos de agentes del Estado durante la dictadura, la historia de la microempresaria florista.

Lo único “competitivo”, confrontacional, es la declaración anti-MEO, fundada en su falta de apoyo social, por la carencia de diputados, senadores, alcaldes, etc., que impedirían una buena gestión gubernamental.

Otro aspecto discutible es su eslogan “Vamos a vivir mejor”, ya que subyace que o no estamos viviendo bien o, en el mejor caso, que siempre es posible vivir mejor. Un poco confuso.

RESUMEN Y CONCLUSIONES

Desde el punto de vista de los contenidos, no se comunican nuevas propuestas con la excepción de algunos guiños a los votantes de otros candidatos. Nada muy distinto al planteamiento de los eslabones expuesto en otra entrega: los candidatos tienden a intentar seducir a quienes están más cercanos a la postura de cada candidato, pero se encuentran situados en algún competidor.

No obstante, hay un problema de credibilidad. Tanto Arrate como Frei realizan acciones tendientes a minar la campaña de Marco Enríquez por sus indefiniciones, que se encuentran también en su campaña. Pero tampoco convencen las posturas pro mundo del trabajo y apoyo a las minorías de parte de Piñera, menos aún las propuestas de mejoría de Eduardo Frei. Sólo recordar la propuesta de nacionalización del agua. La franja parlamentaria deja claro que es una propuesta del PS y el PPD, que Frei habría tenido la obligación de incluir en sus propuestas presidenciales.

En esa perspectiva resulta grato ver y escuchar a Jorge Arrate. Sin nada que perder y mucho por ganar, construye un discurso televisivo en que nada opaca su visión socialista, allendista, de hombre de letras, coherente. Sólido.

Si se tratara de votar por las franjas, voto por Arrate.

jueves, 12 de noviembre de 2009

NADA NUEVO BAJO EL SOL

El debate de los candidatos presidenciales realizado el reciente lunes, en el marco del ciclo de programas “Chile debate”, organizado y transmitido por Canal 13, calificado de “exitoso” por la estación televisiva, se constituyó en el primer programa político transmitido en Alta Definición. Quizás eso sea lo más novedoso del evento.

Aparte por cierto del formato que tuvo la transmisión. Adicional a las preguntas y respuestas, típicas de transmisiones anteriores de este tipo, se agregaron preguntas entre los candidatos, derecho a réplica cada vez que fuesen mencionados en las respuestas de otro contendor y preguntas del público. Lo que le dio al programa un mayor dinamismo televisivo. O sea, un pulcro y bien armado programa de TV.

En este contexto lo que más expectación causó fueron las preguntas entre los propios candidatos. Es aquí donde se esperaban los misiles, la intención de poner en problemas a los postulantes rivales, tanto por sus respuestas como en las evasiones a la contestación directa. Los actores cumplieron con su rol, pese a los llamados, de todos, de elevar el nivel de la discusión y entrar en el plano de las ideas.

Saludos a sus respectivas esposas, hablar de sus falencias personales, mantener sus ya conocidas opiniones sobre política internacional, reforzar sus repetidas recomendaciones en torno a cómo solucionar las dificultades nacionales, unidas a las también clásicas acusaciones respecto al uso de información privilegiada, el indulto presidencial a traficantes de drogas, etc., ocuparon la mayor parte del debate. Nuevas ideas o propuestas, pocas, si las hubo. Con algo de razón, el candidato Frei, en plena transmisión calificó el contenido de parte del programa como “farandulero”. En esto, deberíamos estar de acuerdo.

Para sondear los resultados del programa, en términos de conocer el desempeño de los contendores, Canal 13 hizo una medición a través de twtpoll, aplicación de Twitter, que recogió 6.807 opiniones. Los resultados tampoco sorprenden: 32% para Frei, 31% para Piñera, 22% para Marco Enríquez, mientras Arrate recogió las preferencias del 15%. Si no exactamente, los mismos resultados globales de otros sondeos. Los primeros lugares para los candidatos de las coaliciones más relevantes de esta justa. Instala la duda respecto a si este tipo de eventos modifica las decisiones de voto preestablecidas. Pareciera que no ayudan mucho.

Como plantea Matías Carrozzi, columnista del diario “El Amaule”, en que destaca la condición de programa televisivo más que de un encuentro de opiniones divergentes: “el debate no estuvo centrado en las propuestas e ideas de los aspirantes, más bien se ajustó a la mera observación ordinaria de los candidatos a La Moneda, por lo que el director del programa estaba más pendiente en mostrar “cómo” se desenvolvían Piñera, Enríquez-Ominami, Arrate y Frei ante las preguntas del público, los entrevistadores y entre ellos mismos más que hurguetear en profundidad sobre lo “qué” contestaban”.

La relevancia del hecho tiene su contraparte en la cobertura periodística que logró. Prácticamente no se encuentran opiniones ni grandes análisis a lo que sucedió en este encuentro.

Porque si se trata de programas de TV, la transmisión del debate compitió con “El conde Vrolok” y “Los 40”. Harto mejores.

domingo, 1 de noviembre de 2009

ME-O, PRESO DE LA DEMOCRACIA DEL CONSENSO

A partir de que se vislumbrara la posibilidad que tiene la candidatura de Marco Enríquez-Ominami de pasar a segunda vuelta como resultado de las próximas elecciones presidenciales en nuestro país, las candidaturas tradicionales de mayor posibilidad (Frei-Piñera) han comenzado a hablar del concepto “gobernabilidad” como la capacidad que tendría la eventual magistratura de ME-O de administrar Chile, de dar un cauce efectivo a las demandas sociales y económicas de la sociedad, de distribuir eficientemente los recursos con que cuenta.

Esto no es un tema de discusión respecto a las candidaturas de Eduardo Frei y Sebastián Piñera. Si estuviésemos en presencia de una factibilidad real de Jorge Arrate, seguramente también se levantaría a la palestra el tema de la gobernabilidad.

LA DEMOCRACIA PACTADA

La imperfecta democracia que vivimos en Chile no es fruto del azar. Cuando más podría decirse, en idioma futbolero, que “así se dieron las cosas”. La salida pactada, pacífica, de la dictadura militar se debió a un convenio de tránsito en que muchas de las solicitudes de organizaciones de DD HH, de entes sociales democráticos, hubieron de quedarse en los escritorios de los partícipes del acuerdo y no tuvieron el espacio para ser ubicadas en el contenido de este pacto.

La oposición de aquella época hubo de ceder en sus pretensiones y aceptar una serie de condiciones, bajo la presión que representaban las armas de Pinochet, que dibujaron el Chile que viviríamos desde entonces. No se eliminó la Ley de Amnistía autodecretada por la dictadura, se afianzaron las normas de mercado, se mantuvo la idea de descentralizar la educación y la salud, se atomizó la organización sindical, entre muchas otras medidas.

EL SISTEMA BINOMINAL

En el plano político se instaura el sistema binominal, cuyo eje pasa por la constitución de dos referentes políticos que garantizarían la distribución equitativa de las representaciones de las corrientes ideológicas suscriptoras del pacto, impidiendo de paso que otras expresiones tuvieran vida institucional. Ello es la base de la “política de los acuerdos”, del consenso y de las acciones “en la medida de lo posible”.

Las implicancias son que toda ley o iniciativa de modificación legal tenga, necesariamente, que contar con el acuerdo, a lo menos parcial, de los representantes de los dos actores fundamentales. En caso contrario, tal disposición no llega a transformarse en ley de la República. Amparados en esta disposición la clase política ha llegado a aprobar leyes aberrantes que sólo le favorecen a ella misma (aumentos de sueldo, acuerdos para que determinados actores participen en elecciones aunque no cumplan las disposiciones, etc).

Este es quizás el mayor de los obstáculos que deberá enfrentar un posible gobierno de Marco Enríquez. La pretensión de gobernar sin el apoyo explícito de la Concertación y/o de la Alianza se topará con el poder efectivo que tienen ambas coaliciones en el Parlamento.

Y esto, Marco lo sabe. Quizás por ello, plantea la tesis de gobernar en base a la meritocracia. “Gobernar con quienes sean los mejores, vengan de donde vengan” es la verbalización de “No me importa si son DC, PS, RN, UDI o de donde militen, si son buenos”. O sea, finalmente, no está hablando de profesionales o personas independientes sino de los mismos militantes de ambas coaliciones. Casi un “gobernemos entre todos” que avala la relevancia de las actuales organizaciones políticas. No podría gobernar sin el aval de estas estructuras.

El escenario no será simple. Si lo que pretende, asumiendo su discurso, es que la política se haga de otra manera, debería recurrir al peso específico de otro tipo de organización, de otras fuerzas sociales relevantes. De algún modo el proyecto de Participación Ciudadana que impulsó la presidenta Michelle Bachelet pretendía una nueva forma, en que a lo menos, los representantes elegidos por la sociedad pudiesen ser sacados de sus puestos si no actuaban de la manera que sus electores pretendían.

En lo práctico, para ello era necesario que los propios elegidos votaran a favor de esa disposición. Demasiada transparencia para nuestros tiempos.

domingo, 25 de octubre de 2009

DICIEMBRE 2009: APARECEN LOS PAVOS REALES

Los resultados de los comicios presidenciales del próximo 13 de diciembre, en que corresponde elegir a quién utilizará las instalaciones de La Moneda durante los siguientes cuatro años, y excepto que sucediera algo que nadie tenga previsto, ratificarán el paso de Sebastián Piñera a segunda ronda, al llamado “ballotage”. La única duda, y no menor, es respecto a quién acompañará al candidato derechista en la nueva papeleta.

Si la estancada intención de voto hacia Eduardo Frei logra remontar en estos dos meses o continúa el ascenso de las preferencias de Marco Enríquez-Ominami, es el enigma que los electores se encargarán de resolver, en el bando concertacionista y más allá de él.

Lo que sí es claro que las candidaturas, las tres, han dado inicio por adelantado a sus campañas, más lógicas para la segunda etapa de estas elecciones. Pero nada en política, por lo menos en su forma actual, está fuera de esa singular lógica.

Se comienzan a ver, desde ya, los coloridos plumajes que puedan encantar a quienes habiendo votado por un determinado candidato, perdedor en primera vuelta, se transformarán en el sufragio más codiciado: el que incline la balanza a favor de uno de los dos contendores finales.

EDUARDO FREI (¿o más bien, el actual Gobierno?)


Para esta candidatura, en el evento del ballotage, la gran tarea será reconquistar el voto díscolo, el voto que busca cambios en la forma en que se hace política, el voto que espera menos politiquería y mayor acción hacia la solución de distintas demandas, el voto que representan Marco Enríquez y Jorge Arrate.

Esta perspectiva presume agregar al compromiso ya adquirido por ministros y figuras políticas de la Concertación y a la participación activa en la campaña de personas simbólicas como Ángela Jeria, madre de la presidenta, la “liberalización” del discurso acercándose a ponencias valóricas y de participación más cercanas a las propuestas de Enríquez y a reforzar lineamientos comunes con la izquierda extraparlamentaria, actualmente tras la candidatura de Jorge Arrate.

Será posible, entonces, volver a escuchar de la disposición a hablar de aborto, de píldora del día después, de uniones civiles, de participación ciudadana, de poner límites al neoliberalismo, de estudiar el caso de los pueblos aborígenes, etc. Siempre dispuestos a hablar y a discutir. Una posición menos beligerante que la observada en esta etapa.

MARCO ENRÍQUEZ-OMINAMI

En este caso, la conquista debería estar orientada al voto perdido por Eduardo Frei, en lo medular, y la “derecha progresista” por añadidura. Los primeros pasos pareciera que ya se dieron en el apoyo de Enríquez-Ominami a un candidato a diputado por la UDI.

El énfasis de la segunda etapa debería estar en la capacidad de gobierno que debería tener su administración, el aspecto en que presenta mayores debilidades: la “gobernabilidad” de su eventual presidencia.

Esta candidatura requiere, entonces, rodearse desde ya de figuras públicas que proyecten la capacidad técnica, profesional, capaz de enfrentar las problemáticas naturales de la administración máxima, la de un país. Y se comenzará a hablar de la “meritocracia”, un gobierno de capaces, de los más capaces que se encuentren disponibles. Independiente de sus posturas ideológicas y/o partidarias, de derecha, de centro o de izquierda. Tan europeo.

SEBASTIÁN PIÑERA

Ni Frei ni Enríquez la tienen fácil en el intento de capturar los votos que, entre ambos, se hayan “perdido” en la primera vuelta. Pero, sin embargo, tienen algo en común: son anti-piñeristas en su mayoría.

Por ello, aumentar su caudal de preferencias en segunda vuelta, pudiese ser más dificultoso aún para Piñera, más aún si su oponente fuera Eduardo Frei.

Para el evento de que Enríquez fuese el tercero del ranking, su votación, constituida, en mayor proporción por sufragios “más allá de la Concertación”, difícilmente se volcará en la propuesta de Piñera. Aunque algo caerá, es previsible que la porción mayoritaria caería, en la perspectiva MEO, en el “menos malo”, es decir, Frei. El voto anti-Piñera se vería favorecido, como lo fue al anti-Alessandri, el anti-Buchi, el anti-Lavín.

Distinto sería el caso de enfrentarse a Marco Enríquez. La escasa experiencia política de su rival, las destempladas declaraciones respecto a su condición de chileno, su confirmación de consumo de marihuana, su participación en desviación de fondos para su candidatura a diputado, hasta de prácticas de nepotismo le pueden acusar.

Porque difícilmente podrá modificar su discurso en lo sustantivo. Ya debe haber aprendido de sus propias intervenciones respecto al SERNAC financiero y a las uniones civiles, que le han costado caro en la cohesión de sus filas.

miércoles, 14 de octubre de 2009

SE ABRE LA TEMPORADA: ¡¡A CAZAR VOTOS!!

LA TEORIA DE LOS TRES TERCIOS

Este concepto surge en las postrimerías de los años ´60, para graficar la segmentación de las adhesiones y resultados electorales, en medio de la mayor radicalización que se haya vivido en nuestro país. Esta cuasi equivalencia se reflejó en los resultados de la elección presidencial de 1970, que instalara a Salvador Allende en La Moneda, en que los votos de todos los candidatos se acercan a la cifra de 30%.

- El sector que representaba a la derecha más tradicional, postuló a Jorge Alessandri Rodríguez, y logró el 34.9% de los sufragios.
- El centro político, representado por la Democracia Cristiana y liderado por Eduardo Frei, presentó a Radomiro Tomic que obtuvo el 27.9% de las preferencias.
- La izquierda, representada por Salvador Allende, consiguió la votación del 36.3% de la población.

El proceso democrático, salvajemente interrumpido por la dictadura militar de Pinochet, encontró su salida a través de la conformación de un gran bloque opositor, primero en torno al NO a la continuidad del régimen militar, en el plebiscito de octubre de 1988, en que se enfrentó a quienes deseaban a Pinochet por ocho años adicionales, los militares y la Unión Democrática Independiente (UDI), en lo medular.

Al retorno a la democracia esta instancia orgánica se transformó en la Concertación de Partidos por la Democracia, que ha enfrentado desde entonces a la coalición de Renovación Nacional (RN) y la UDI.

A partir de esta época, sectores de la izquierda llamada “extra parlamentaria” se encuentran excluidos del sistema democrático, fundamentalmente debido a las “cláusulas de gobernabilidad” acordadas por los grupos mencionados. Este duopolio del poder encuentra su legalidad en el conocido y polémico sistema binominal.

¿ESTAMOS EN UN ESCENARIO DE 3/3?

Dada la existencia del sistema binominal, no se puede asegurar con certeza. Los apoyos transversales que se han concitado anti Buchi, Lavín, Alessandri, etc., han impedido hasta ahora la conformación clara de esos tres bloques y su eventual similar peso.

Su existencia en plena vigencia, sin duda, abriría las posibilidades a un triunfo electoral de la derecha que, enfrentada a la Concertación como conglomerado, no ha logrado ningún triunfo electoral relevante. En esta perspectiva, no sería extraño que el renacimiento de esta proporción fuese un concepto mediático impulsado desde la derecha.

No obstante, el surgimiento de sectores organizados que se separan del conglomerado de gobierno, pidiendo una aceleración y profundización del proceso democrático y el fin de las exclusiones otorgue esta posibilidad. En reciente encuesta de La Tercera, las postulaciones de Eduardo Frei y la de Marco Enríquez-Ominami presentan un empate técnico en torno al 24% de las intenciones de voto.

Pareciera que se nos vienen los tres tercios.

VOTOS DUROS Y VOTOS BLANDOS

Todas las candidaturas (a lo que sea) tienen votos duros y blandos. Los primeros tienen su fuente en las militancias, las orgánicas, los referentes ideológicos, y en las adhesiones permanentes, mientras el voto blando es aquel susceptible de ser modificado a partir de nuevas perspectivas (o promesas). Lo que sí resulta difícil es que éstos se trasladen a las antípodas de la posición a la que se adhiere en una circunstancia específica.

La relación que existe entre las candidaturas puede ejemplificarse como una cadena de eslabones. La mayor presión que ejerce y soporta cada uno de ellos es de aquel que le precede o le sigue. En la próxima elección tendremos cuatro eslabones, los cuatro candidatos: Piñera, Frei, Enríquez-Ominami y Arrate.
Siguiendo esta la lógica de la concatenación, las mayores presiones sobre los votos de una candidatura deberían generarse por la mayor cercanía programática o ideológica que tenga con otro de los competidores. En esta visión, las tensiones son las siguientes:

Jorge Arrate: tensión con la candidatura de Marco Enríquez-Ominami. Entre ambos existe la posibilidad de establecer vasos comunicantes.
Marco Enríquez-Ominami: puede ganar o perder votación desde Eduardo Frei, por la derecha, y por Jorge Arrate, desde la izquierda.
Eduardo Frei: colisiona con Sebastián Piñera del sector derechista y MEO desde la izquierda.
Sebastián Piñera: Su eslabón “comunicante” y por tanto, su disputa más seria por votos, es la candidatura de Eduardo Frei.

LA CANDIDATURA DE JORGE ARRATE

FORTALEZAS

- Trayectoria de militancia política.
- Dirigencia de partidos y conglomerados.
- Historia de gobierno.
- Trayectoria intelectual.
- Declarado anti neoliberal.
- Coherencia política.
- Aspecto de “viejo sabio”
- Figura reconocida a nivel nacional.

DEBILIDADES

- Menor relevancia en sectores jóvenes.
- Pertenencia al pacto PC – Concertación.
- Ex Ministro de gobiernos de la Concertación.
- Aunque más a la izquierda… más de lo mismo.
- Candidatura simbólica. Factibilidad nula de ser electo Presidente ni de pasar a segunda vuelta.

EL DESAFÍO

En tanto su candidatura es la de mayor ideologización, difícilmente capture votación desde sectores más tradicionales, incluyendo la propuesta de “mejorar” el sistema por parte de la candidatura de Marco Enríquez.

En esta perspectiva su captura de votos debería orientarse a quienes postulan un voto disidente expresado en sufragios blancos y deliberadamente nulos. Por ello debiera apuntar prioritariamente a los sectores jóvenes, estandartes de esta postura anti sistémica, de los GSE C3DE (los más populares)

Asumiendo la necesidad imperiosa de organizar trabajos “cara a cara” en barrios, poblaciones, universidades, en términos de comunicación masiva y ante las regulaciones y menores recursos, por una parte, y las características de consumo medial de los jóvenes, por otro, la campaña de Arrate debería privilegiar:

- RADIO. Emisoras de cobertura nacional (40 Principales, Rock & Pop, Corazón, Carolina) complementadas con Bío Bío en el sector sur y Carnaval / Montecarlo en el norte.
- VIA PUBLICA: Lunetas de micros en troncales y alimentadores de todo Santiago.
- PRENSA GRATUITA: Utilización de Publimetro y La Hora en la circulación total, que incluye regiones, de ambos soportes.

LA CANDIDATURA DE EDUARDO FREI

FORTALEZAS

- Ex presidente de la República.
- Actual senador de la República.
- Experiencia política y de gobierno.
- Abanderado de la Concertación, coalición triunfadora en las elecciones presidenciales.
- Relaciones con el mundo empresarial y político.
- Histórica militancia en el PDC, el partido más importante de la Concertación.
- Representa la continuidad de un gobierno con una aceptación más que razonable.
- Apoyo de Michelle Bachelet, presidenta con el más alto apoyo histórico a un primer mandatario.
- Perteneciente a una familia histórica de la política chilena.

DEBILIDADES

- Difusa relación con la dictadura militar.
- Participación como gobernante en el proceso de privatización de bienes nacionales.
- Conservador, en términos valóricos.
- El mismo continuismo que en algunos aspectos es una ventaja, es una traba considerando los publicitados escándalos de corrupción en que se han visto envueltos personeros de la coalición.

EL DESAFÍO

Esta candidatura presenta flancos importantes tanto desde la derecha que solicita “cambios” como también desde el díscolo Marco Enríquez, que también urge por modificaciones importantes (en otra perspectiva, claro está).

Y así como la candidatura de Piñera promete el SERNAC financiero y otras medidas que podrían afectar a su base electoral, el candidato DC postula su disposición a discutir temas valóricos que nunca aceptó, ni menos impulsó. No les queda otro camino para crecer que, ahora y después” darse una vuelta de carnero.

Por tanto, la campaña de Frei debe apuntar a mantener, a lo menos, las preferencias clásicas de la Concertación en actividades comunicacionales transversales. Dondequiera haya un voto disponible, debe ser influenciado por las propuestas de Eduardo Frei. Y como recursos hay…

- PRENSA: Utilización de la red nacional de El Mercurio (que incluye 14 diarios regionales), La Tercera, Las Últimas Noticias, La Cuarta. Diario Financiero y Estrategia.
- PRENSA GRATUITA: Publimetro y La Hora.
- RADIOS: Corazón, Cooperativa, Imagina, Futuro, Pudahuel, FM Dos, Romántica, Bío Bío. Infinita, Oasis, Duna.
- VIA PÚBLICA: Monumentales en Santiago y principales ciudades, micros a nivel nacional.

lunes, 24 de agosto de 2009

LAS ETNIAS Y SU COLONIZACIÓN

Me pareció volver a escuchar al General Leigh el 11 de septiembre de aquel año y sus referencias al “cáncer marxista”.

El jueves recién pasado a las 18.00, a través de Radio Santiago su director-propietario Waldo Mora Longa realiza su comentario. Luego de referirse despectivamente a los mapuche, comenta que este tipo de movilizaciones se realiza en toda América Latina. “Baste ver al Perú, a Bolivia, a Ecuador. Lo que estamos viendo es una escalada marxista a nivel internacional”.

En algo tiene razón. A partir de 1992, 500 años después del inicio de la campaña de dominación por parte de los imperios europeos al continente americano, numerosas comunidades indígenas comenzaron a movilizarse por el fin de la discriminación, el derecho a sus demandas históricas y su patrimonio cultural y, eventualmente, por la recuperación de las tierras ancestrales hoy en poder de Estados y/o particulares.

Y no es extraño que así suceda. La historia de América Latina toda, es la historia de las “pacificaciones” que realizaron los colonizadores en contra de las comunidades aborígenes. Y sucedió en Perú, en Bolivia, en Ecuador. Por parte de la corona española. También en Brasil, por parte del reino de Portugal. En este mismo esquema de dominación y subyugación aborigen se encuentra la Polinesia, incluida la “chilena” Isla de Pascua.

UN POCO DE HISTORIA

Estimada hace 1500 años, una expedición polinésica llega a estas tierras, encabezada por el rey Hotu Matúa. Estos habitantes son los que, en recuerdo a sus antepasados construyen los conocidos moai. El siglo XVII y parte del XVIII son escenarios de guerras tribales que dan origen a nuevos sistemas de administración y de cultura más ancestral aún, el culto a las aves.

Luego de la visita en el siglo XVIII de expediciones europeas, el siglo XIX verá la llegada de embarcaciones esclavistas que consiguen raptar a cerca de 4.000 isleños que terminarían sus días, sometidos, en las minas guaneras del sur del Perú, actual Norte de Chile.

En 1888 Rapa Nui se transformó en parte de Chile, como resultado de la política expansionista, al poderío naval chileno y a la pretendida instalación de una base que controlara el comercio en el Pacífico Sur, a través de la firma de un trato entre el rey Atamu Tekena y el representante del gobierno chileno, Capitán de fragata, Policarpo Toro.

Entre fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, la isla es arrendada a compañías criadoras de ovejas. Durante casi toda la primera mitad del siglo XX los isleños son ubicados en Hanga Roa, y se les sometió a arraigo territorial sin que pudiesen abandonar el pueblo.

La relación actual de Rapa Nui con el Estado chileno es, por decir lo menos, confusa y compleja. El cuadro lo componen las discusiones respecto a la tenencia de la tierra, el concepto de propiedad y el manejo y explotación de la isla.

El Parque Nacional Rapa Nui, administrado por CONAF, está declarado Patrimonio de la Humanidad, no así el resto de la isla. El Fundo Vaitea administrado por SASIPA, filial de CORFO, concentra las mejores tierras agrícolas. El resto, para los isleños.

No resulta extraño, entonces, que surjan las demandas territoriales de parte de los pascuenses. Y estas demandas físicas, como en el caso de los mapuche y los chiapanecas, también están teñidas del interés por recuperar su cultura en el marco de su nación de origen: la Polinesia.

No es extraño.

CAM: AUTONOMÍA Y TERRITORIO ¡AHORA!

La Coordinadora de Comunidades Mapuche en Conflicto Arauco-Malleco (CAM) encuentra su origen en el agrupamiento de una variedad de organizaciones mapuche, a inicios de los años 90, en estructuras orgánicas de las expresiones del descontento mapuche, dirigidas hasta ese momento por organismos dispersos, entre ellos Ad Mapu y Meli Wixan Mapu.

Las permanentes actividades comenzaron entonces a tener mayor orientación estratégica. Producto del reclamo de sus demandas, estas movilizaciones influyeron en la formulación de la Ley Indígena de 1993 y la posterior creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), entidad gubernamental encargada de trabajar con los requerimientos de este y otros pueblos aborígenes.

Hasta 1998 las organizaciones mapuche desarrollaron trabajos orientados especialmente a la recuperación histórica y cultural, creación de nuevas instancias orgánicas que agruparan a más comuneros, apoyo material y de trabajo. Las consecuencias que trajó el incremento de la labor de las industrias forestales se transformaron, entonces, en la brasa que atizó el fuego de la rebeldía mapuche. Ya a partir de 1997, comenzaron a verse comunidades que se levantaban en conflictos territoriales en la VIII y IX Regiones.

1998 marca la fecha de la conformación de la CAM, organización fundamental en las movilizaciones realizadas hasta 2003. Su nacimiento se debe a la conformación de una nueva expresión en el campo político mapuche, con una visión mucho más rupturista que las dirigencias previas. Confluyen en el nacimiento de la CAM además de comunidades del campo, otras comunidades de la ciudad y estudiantes mapuche, entre otros.

En este año y como producto de diferencias en el diagnóstico de la situación indígena, así como sus estrategias de acción, la CAM presenta algunos grados de escisión.

EN LO QUE LAS ORGANIZACIONES MAPUCHE CONCUERDAN

- Autonomía del pueblo-nación mapuche.
- Rechazo a la política asistencial del gobierno, que persigue dividir al pueblo mapuche.
- Rechazo a la dependencia del las políticas estatales.
- Generación de un polo mapuche autónomo.
- Participación activa y movilizada, en lugar de la movilización testimonial.
- Este proceso debe conducir a un proceso de maduración de una plataforma de liberación mapuche.
- Definir al Estado chileno como opresor del pueblo mapuche.
- Definir al modelo neoliberal y a las políticas alentadas por el gobierno como las principales causas del peligro de continuo deterioro del desarrollo y continuidad del pueblo mapuche.
- Apoyo a los hermanos/as víctimas de la represión estatal.

Podemos concluir que la gran diferencia entre las diversas organizaciones mapuche que reivindican la autonomía y los territorios es la forma en que deben realizarse las manifestaciones tendientes a lograr estos objetivos.

Por una parte el camino del diálogo con las instituciones gubernamentales como las Comisiones Especiales solicitadas por la presidenta Bachelet y la CONADI. Difícilmente llegarán a buen puerto, en tanto está en interdicción una variable de la esencia de la estructura institucional (el desarrollo de la industria privada) con el respeto a las pretensiones autonómicas.

Por otro lado la posición rupturista de la CAM que ve la pretensión anterior sólo como una maniobra dilatoria del Estado, a la que debe oponerse activamente.

El gobierno está en serios problemas. Más aún si pretende solucionar el tema agregando consultorios y escuelas.